Glaciaciones
Las glaciaciones han sido lo más
característico de los últimos dos millones de años de la historia de la Tierra.
Su influencia es tan grande que marcan el inicio de un periodo
geológico distinto que llamamos Cuaternario. A lo largo de este periodo se han
sucedido épocas más frías, en las que los hielos se han apoderado de grandes
extensiones en el norte y el sur del planeta, y épocas más templadas en las que
las aguas heladas se han retirado hacia las cercanías de los polos o las altas
montañas. Estas oscilaciones climáticas han tenido una gran influencia en la
distribución de los seres vivos.
Los glaciares son grandes masas
de hielo que se forman cuando la nieve que cae va acumulándose de un año a
otro, sin que le de tiempo para fundirse. Por la presión la nieve va perdiendo
el aire y acaba formándose primero hielo lechoso y luego hielo azul, tan
transparente como el cristal.
Para que existan glaciares
en una zona se requieren dos condiciones:
- que tenga promedios de temperatura tan bajos como
para permitir que la nieve se acumule de un año a otro. Esto
sucede en las zonas ecuatoriales a partir de los 5000 m de altitud y en la
Antártida al nivel del mar. En la Península Ibérica sólo se dan estas
condiciones en lugares de los Pirineos situados a más de 3000 m.
- que tenga precipitación suficiente.
Así, por ejemplo, hay lugares del norte de Siberia muy fríos pero en los
que llueve tan poco que la capa de nieve rara vez supera el metro de
altura.
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